Si ya lo sé... esto de las ausencias se me esta haciendo costumbre últimamente... pero no es porque me venga la bendita gana (bueno, hay veces que si.. soy sincero...), si no por circunstancias muy ajenas a mi deseo de continuar rellenando este blogcito mio y querido.
Mis disculpas para aquellas personas que siguen esta página fielmente con cierta dosis de tortura.
Me fui a Buenos Aires.
No me fui ni a ver el Obelisco, ni a caminar tomandome fotitos por La Boca... muchisimo menos a tomarme una cerveza a Puerto Madero. Disculpen el derroche de sinceridad, pero mucho mucho no me interesaba esa situación... yo me fui a un concierto de rock.
Me fui a un concierto de rock y a reencontrarme con el mejor amigo de la infancia aquella que me toco vivir en mi Lima querida y muy gris.
Punto.
Yo vengo de una capital. Y las capitales son sádicas en la aglomeración de gente, de caos, de gente cuadriculada que circula sin parar. Así es Lima. Así es Buenos Aires.
Claro, toda capital tiene ese encanto único que no negaré. Obvio que sí lo tiene esta ciudad, y mucho... con un sol negándose a marcharse temprano, creo yo por para hacer mas codiciada la noche (mágica en sensaciones) y también por los huevoncitos que se les ocurre adelantar horas a diestra y siniestra.
Un viaje largo de horas cansadoras, viendo películas piratas y a un bebé a mi lado con ganas inquisidoras de hacerme tortuoso el viaje...
-"lindo bebé.. como se llama?", pregunto...
-"Fernandito...", responde con orgullo la joven madre...
-"... y cuando carajo dejará de llorar y se dormirá el cachetoncito", claro.. eso sólo lo pensé.
Al llegar a Retiro, el encuentro con Adrián era de abrazo fuerte al hermano entrañable.
Retiro es un caos de gente y multitudes observadoras de tu andar... de tu forma de hablar.. y algunos, de tu reloj y billetera. Por fin llegamos al subte.
Me confundí tanto que sólo queria bajarme. Claro, era la primera vez que me subía a uno.
Mando un mensaje con dosis de emoción a Soledad diciendole "estoy en el subte!".
Luego me di cuenta de mi papel de niñito que se sube por primera vez al carrusel.
Ya instalado en el departamento en Palermo, empezaron los planes: "que comemos?.. muero de hambre". La respuesta no podría ser otra a un par de peruanos poco acostumbrados a los asados, pizzas y empanadas... : CEVICHE.
(NOTA: el ceviche es un platillo muy típico de mi pais a base de pescado, mariscos con limon, cebollas, y especias muy fácil de preparar y muchísimo más fácil de comer...)
Excelente!
No seré un cheff.. lo sé. Pero que cocino de putísima madre... lo hago. (aquí dejo en relevancia que mi modestia a veces la puedo lanzar al tacho en un dos por tres).
Preparé la comida recordando la vieja receta de mi madre que, sin lugar a dudas, es como una Jedi en las artes culinarias... y despues de una pequeña espera, en la cual las babas se acrecientan (calmadas de cuando en vez por generosos sorbos del liquido de malta bendito y sagrado), nos sentamos a atragantarnos como naufragos desesperados.
Mil conversaciones, recuerdos y salud!. Miles de salud!.
.. y ya había que hacer planes para el festival de Rock del día siguiente y motivo crucial del viaje.
Amanece y doy gracias al Señor porque nunca tengo resaca.
Adrian debe ser un enviado de Satanás , porque les vienen las peores e interminables.
Un baño y luego un paseito por el cementerio de Recoleta.....del cual me convierto en fiel admirado... a ver si visitando muertitos nos ganábamos un poquito de cielo o tal vez una expulsión irremediable por joder mausoleos.
Una caminata por el shopping local, (soy alérgico a los shopping's.. créanme).
-"vamonos huevón... vaya a romper algo con mi torpeza innata y me quedo empeñado aqui...", decido sin dudar.
Regreso a casa y planes para marcharnos al concierto.
No pasan colectivos.
"la putamadre!.. vamonos en subte y caminamos que se nos hace tarde!".
Subte maldito que justo ahora se viene a demorar.
Bajamos de él y un taxi era la salvación.
Casi atropellamos a una distraida viejecilla. Como si los cielos quisieran que fuesemos ausentes de prescenciar "aquella música del diablo mijito", como decía una tía alla en Lima.
-"Adrian escóndete la camara.. nos vayan a joder por eso..."
No hay mejor escondite para una cámara que, dentro de una bolsa, sea introducida en los pantalones allí donde duele mucho cuando un pelotazo de fútbol te cae.
Entramos sin incidentes, sólo el paralitico caminar de Adrian.
Pero nada es fácil en esta vida.. los sabemos de sobra.
-"Mujeres a la izquierda y hombres a la derecha para su revisión por favor..!"
Uy la cagada!! ...pero paso sin problemas.
Adrian también hasta que se le levanta la camiseta por esas cuestiones que sólo a los peruanos nos sucede y ... medio metro de bolsa moviendose al ritmo de rock and roll.
-"... que tiene en esa bolsa señor?"
-" estee... una camarita .. nada mas!"
Para eso de las respuestas Adrian no ganó ningún concurso. Asi que nos indicaron ir a una mesa donde recepcionaban objetos prohibidos en un concierto. Y como Michael Jackson en Moonwalker, nos dimos tres pasitos hacia atrás y, muy mezcladitos entre las gentes, pecamos de "traviesitos".
-".. ya está!, no dejan entrar cámaras pero si esta permitida la marihuana no?...".
Y claro, el olorcillo aquel era como un aroma envolvente que, a nosotros que sólo nos gusta el buen alcohol, nos perturbaba un poco. Pero bueno, asi es el Rock n' Roll baby!
Nos dieron unas corbatitas (total, el festival era "Elegante Sport" y uno no puede ser ajeno a las exigencias formales de algun compromiso extracurricular...asi que buehh...)
-"Permiso, permiso..."
Nunca estuve tan emocionado, faltaban minutos para ver a mi banda favorita: The Mars Volta.
No quiero explayarme en contar al detalle lo que fué ese concierto, me tomaría horas describirlo... sólo lo resumo a INOLVIDABLEMENTE ESTUPENDO!.
Había esperado demasiado ese momento y traté de disfrutarlo al máximo... no podía sentirme mejor de ver a pocos metros de mi a aquella agrupación que durante tanto tiempo hizo añicos estos tímpanos mios a través de los audífonos camino al trabajo.
Salté, canté, grité... poquito falto para llorar pero como "los niños no lloran", me aguante como los machotes.
Terminamos despeinados como si una locomotora hubiera pasado por nuestros cerebros.
Pagamos 8 putitos pesos por una botellita de agua, muy calientita por cierto, y nos tiramos a descansar esperando que las horas pasen rápido para ver a REM.
Bueno, de más decir que fue uno de los mejores conciertos de mi vida.
Y nosotros, tan amantes de la música, extasiados, salimos ya sin importarnos mucho la hora ni el tumulto de personas que llegaba casi a 40 000 almas.
Claro, despues de dos horas tomando coca cola helada en la parada de buses, las puteadas nos salián asi muy facilito de nuestras afónicas vocesillas.
El domingo aquel fue la despedida...
-"...momentánea huevas... ya nos volvemos a ver muy pronto, te lo aseguro...!".
Es complicado estar en un pais extraño y ver sólo de cuando en vez a gente tan querida.
Es complicado Buenos Aires, también.
... pero ahora, me es más complicado el poder expresar las emociones juntas en tán solo un fin de semana. Es raro pero así es.
Ya en Mendoza, nuevamente, me inunda el olor a vegetación del cual me he acostumbrado tanto.
... y mis sagrados alfajorcitos... (que por cierto se me deben demorar una eternidad en digerir para posicionarse de ese estómago mío que va tomando forma..).
Pero Buenos Aires fué bueno conmigo.
Conmigo y con mis ganas de pasarla bien. Me hizo sentir en Lima por un momento y eso no tiene algún tipo de precio para mí.
Creo que esa mezcla de sensaciones tuvo fuerte incidencia en mi ausencia por estos lares.
Tuvo intervención también una bendita revistita a la cual diagramar... y tan pocas horas de dormir y tardes calurosas en las cuales el desgano se hacía imponente...
Si, soy un amante del invierno y fiel (muy fiel) enemigo del verano.
Pero ahora, estaré de nuevo mas seguido por aquí.
Lo prometo.
... o en su defecto buscaré alguna excusa muy perfecta, así no me lo tengan tan en cuenta.